Una cocina bien acondicionada es una cocina bien equipada y suficientemente espaciosa para preparar comidas en buenas condiciones. De ahí la importancia de optimizar el espacio y las zonas de almacenaje para utilizar cada metro cuadrado y facilitar la circulación, sobre todo, en una cocina pequeña cerrada.
Sea cual sea su superficie, la elección de la distribución de una cocina (a lo largo, en ángulo o rectangular) y la organización del triángulo de actividad se determinan en función de varios factores, como las dimensiones de la estancia, las tomas de agua y de electricidad, así como la ubicación de los vanos (puerta y ventanas).
En una cocina pequeña cerrada, hay que saber sacar partido a toda la superficie de la estancia, incluso a los rincones más difíciles de aprovechar. Optar por muebles bajos elevados de gran capacidad permite guardar en ellos un máximo de utensilios para tener la encimera despejada. También se pueden instalar muebles esquineros en cada esquina.
Toda la altura disponible puede aprovecharse instalando armarios altos modulables y estantes que, además de hacerte ganar espacio, confieren cierto ritmo y volumen a la estancia. Para ganar practicidad, la credencia debe tener al menos 55 cm y estar equipada con varios enchufes para conectar los electrodomésticos pequeños, como la batidora, la cafetera o la tostadora.
Además, es conveniente mantener un retroceso de al menos 80 o 90 cm delante de la encimera y entre las filas de muebles para circular con facilidad.
Por último, si dispones de una superficie lo suficientemente grande como para disponer de un espacio para comer, configurar una isla central será la opción más acertada para lograr almacenajes de cocina extra.