¡El vestidor abierto no tiene nada que ocultar! Diseñar de forma inteligente una estructura de este tipo requiere tanto una organización infalible como una estética impecable. Con nuestras soluciones a medida, el vestidor abierto lo tiene todo para integrarse perfectamente en la estancia.
En un espacio como un dormitorio, la superficie disponible a veces plantea problemas. Una vez colocada la cama, queda poco espacio para los muebles habituales, como la mesilla de noche y el armario. Así que parece aún más complicado acondicionar un vestidor. Al elegir una estructura abierta, ahorras espacio en la habitación, ya que no hace falta sitio para poder abrir las puertas. La impresión de espacio también es mayor: frente a un imponente armario cerrado, este tipo de vestidor ofrece un ambiente más etéreo y despejado.
Inspirado en las tiendas de prêt-à-porter y sus instalaciones de diseño, este tipo de vestidor es muy popular. Con la única condición de que la ropa esté perfectamente doblada y ordenada, el vestidor abierto ofrece una imagen agradable a la vista y contribuye a decorar el dormitorio con algunas piezas clave bien destacadas. Existen elementos como las baldas inclinadas para mejorar la visibilidad de las prendas que se quieran poner en valor.
A diferencia de un vestidor cerrado, uno abierto está totalmente expuesto. Hay a quien le resulta más fácil ser consciente de las prendas que tiene en el armario cuando no tiene que abrir puertas y cajones. Del mismo modo, te das cuenta más rápidamente cuando el volumen de ropa alcanza su tamaño crítico y llega la hora de hacer limpieza. Para quienes temen esa tarea de ordenar, es más fácil cerrar las puertas del vestidor y dejarlo para más adelante.
El secreto del éxito de un vestidor abierto está en su capacidad para contener todo la ropa sin dar sensación de desorden. Por eso, en este tipo de proyectos, es importante hacer un balance de la cantidad y del tipo de ropa que se tiene para elegir entre barras de colgar, armarios o baldas. Si tienes sobre todo vestidos, trajes y abrigos, necesitarás más espacio de armario ropero para colgarlos. Los jerséis y las camisas, en cambio, requieren muchas baldas.
Aunque el vestidor sea completamente abierto y la ropa esté impecable y bien ordenada, siempre es necesario incluir en el mueble algunos compartimentos cerrados como cajones. Sirven sobre todo para esos artículos pequeños que son menos fáciles de doblar, como la ropa interior. Los accesorios, como sombreros y bolsos, también deben protegerse del polvo. Un elemento cerrado, como un cajón, tiene la ventaja de poder compartimentarse mediante separadores: de este modo, podrás organizar mejor el interior del mueble y mejorar la visibilidad. Joyas, calcetines, bufandas: ¡no pierdas nada!
A falta de cajones, también puedes invertir en unas bonitas cajas puestas en las baldas: bien elegidas y colocadas, pueden ser incluso una baza para dar más encanto al vestidor. Del mismo modo, hay que prestar especial atención a las perchas. Evita los modelos desparejados, que dan una impresión de desorden, y apuesta por elementos más decorativos, como un juego de perchas de madera o de tela.
En cuanto respecta a los muebles del vestidor, hay que elegir accesorios estéticos que combinen con el resto de la habitación. Los tiradores de los cajones y las barras de los roperos serán claramente visibles, así que hay que escogerlos en función del entorno. Por ejemplo, los tiradores metálicos son preferibles en un dormitorio de estilo moderno frente a uno clásico.
Ten en cuenta que esta búsqueda de belleza y armonía también debe reflejarse en los muebles del vestidor: opta por materiales nobles como la madera y ten siempre en mente que los colores deben combinar con los del dormitorio.
Con un vestidor abierto, toda la ropa está a la vista, así que la idea es jugar con esa visibilidad para crear una imagen gráfica, convirtiendo ese condicionante en una ventaja. Obviamente puedes jugar con los colores al ordenar las prendas en la barra o en las baldas: blanco, negro o gama de colores, todas las gradaciones tendrán un efecto visual sorprendente y muy gráfico. A diferencia de las puertas permanentes de los armarios, las prendas son intercambiables, por lo que puedes cambiar la decoración en función de tu estado de ánimo y de lo que te apetezca.
Aunque tiene muchas ventajas, el vestidor abierto no siempre es fácil de dominar. Por eso puede que tengas dudas a la hora de decirte por él. Afortunadamente, existen soluciones alternativas cuando se duda entre las dos opciones.
En caso de duda, puedes optar por ejemplo por una combinación de elementos abiertos y cerrados. Un armario cerrado con unas baldas a juego permite mostrar lo que quieras y ocultar el resto.
Por último, si ya tienes un vestidor abierto instalado por los anteriores ocupantes, puedes optar por cerrarlo con soluciones sencillas y económicas, como instalar una barra y una cortina justo delante del armario.
A falta de cajones, también puedes invertir en unas bonitas cajas puestas en las baldas: bien elegidas y colocadas, pueden ser incluso una baza para dar más encanto al vestidor. Del mismo modo, hay que prestar especial atención a las perchas. Evita los modelos desparejados, que dan una impresión de desorden, y apuesta por elementos más decorativos, como un juego de perchas de madera o de tela.
En cuanto respecta a los muebles del vestidor, hay que elegir accesorios estéticos que combinen con el resto de la habitación. Los tiradores de los cajones y las barras de los roperos serán claramente visibles, así que hay que escogerlos en función del entorno. Por ejemplo, los tiradores metálicos son preferibles en un dormitorio de estilo moderno frente a uno clásico.
Ten en cuenta que esta búsqueda de belleza y armonía también debe reflejarse en los muebles del vestidor: opta por materiales nobles como la madera y ten siempre en mente que los colores deben combinar con los del dormitorio.
Con un vestidor abierto, toda la ropa está a la vista, así que la idea es jugar con esa visibilidad para crear una imagen gráfica, convirtiendo ese condicionante en una ventaja. Obviamente puedes jugar con los colores al ordenar las prendas en la barra o en las baldas: blanco, negro o gama de colores, todas las gradaciones tendrán un efecto visual sorprendente y muy gráfico. A diferencia de las puertas permanentes de los armarios, las prendas son intercambiables, por lo que puedes cambiar la decoración en función de tu estado de ánimo y de lo que te apetezca.
Aunque tiene muchas ventajas, el vestidor abierto no siempre es fácil de dominar. Por eso puede que tengas dudas a la hora de decirte por él. Afortunadamente, existen soluciones alternativas cuando se duda entre las dos opciones.
En caso de duda, puedes optar por ejemplo por una combinación de elementos abiertos y cerrados. Un armario cerrado con unas baldas a juego permite mostrar lo que quieras y ocultar el resto.
Por último, si ya tienes un vestidor abierto instalado por los anteriores ocupantes, puedes optar por cerrarlo con soluciones sencillas y económicas, como instalar una barra y una cortina justo delante del armario.